Plaza de Luis López Allué

También llamada Plaza Mayor y Plaza del Mercado, es uno de los lugares de Huesca a los que más cariño tengo por haber estado allí nuestra tienda El Rey Monje durante los últimos años.

Pero no vamos a sucumbir a la nostalgia, sino a agradecer tantos buenos momentos vividos y el haber disfrutado de esta encantadora plaza, de sus cambios de luz y color con las diferentes estaciones del año y horas de día, de los eventos y de las personas que la transitan y la utilizan para sus juegos, conversaciones y ratos de relax.



La plaza surge en el siglo XIX de la necesidad de crear un nuevo mercado de abastos. Fue un punto importante en el eje que conectaba el centro histórico de la ciudad con la estación de ferrocarril y la carretera de Zaragoza a través de la calle Alcoraz, Plaza de Navarra y Porches de Galicia.


Del proyecto urbanístico se encargó el arquitecto Hilarión Rubio en 1856, que diseñó la ampliación de la plaza, la apertura de calles adyacentes, y los singulares edificios porticados que la configurarían en sus cuatro lados. El mercado se construyó en 1870 y desapareció en 1976.


En pos de la modernización de la ciudad se destruyeron multitud de monumentos de gran valor histórico y artístico en estos años. Incluso peligraron los claustros de San Pedro el Viejo, aunque finalmente se decidió mantenerlos a salvo.


Si vamos hacia atrás en el tiempo, existía aquí una plaza mucho más pequeña llamada de Las Aulas, debido a que se encontraba en ella el edificio donde los jesuítas impartían clases de gramática. Y es que nos encontramos en una de las zonas más antiguas de la ciudad, donde seguramente ya se asentaba la población íbera.


Pero vamos a conocer también un poco a quien da nombre a esta plaza: Luis López Allué. Nació en Huesca en 1861 y falleció en 1928. Escritor, licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, pasó su vida en Barluenga y Huesca, donde dirigió “El Diario de Huesca” desde 1912; en cuyas páginas publicó numerosos escritos menores en prosa y en verso, firmados con el pseudónimo “Juan del Triso”. Tenía una intensa actividad periodística, política y literaria, y alcanzó gran prestigio por su amplia producción narrativa, de novelas (Capuletos y Mostescos y el relato Pedro y Juana) y cuentos (Martín el Donado, El pedrisco, Mosén Froilán, El amor a la tierruca y El angelico, entre otros muchos) ambientados en las tierras del Somontano y del Alto Aragón, dentro de la corriente del realismo regionalista.


Regresando al presente, la plaza de Luis López Allué es uno es uno de los centros turísticos y comerciales de Huesca. En ella se encuentra la Oficina de Turismo y diversos comercios tradicionales y contemporáneos, como La Confianza o la Chacinería Hija de Amado Ara, que le dan una personalidad única.



¿Te ha gustado el paseo de hoy? Pues nos vemos la semana que viene con más historia y patrimonio en los #martesxhuescatediviertes 😉

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