Catedral de Huesca
Cripta de los Lastanosa
¿Preparad@ para descubrir uno de los tesoros ocultos de la catedral? Hoy visitamos la cripta de los Lastanosa. Aunque tal vez hayas tenido la oportunidad de verla en directo en alguna de las visitas guiadas que se han organizado desde el Museo Diocesano en los últimos años.
Bueno, aquí vamos a conocer un poquito mejor este lugar tan especial, que forma parte de uno de los conjuntos barrocos más bonitos de Huesca: la capilla de San Orencio y Santa Paciencia que Lastanosa mandó construir en la catedral.
Pero, empecemos por el principio, acercándonos a la figura de Vincencio Juan de Lastanosa (Huesca, 1607-1681): humanista y apasionado por el saber literario, artístico, científico; su gran afición al coleccionismo le llevó a convertir su palacio en un auténtico museo repleto de obras artísticas, objetos arqueológicos, fósiles, armas, instrumentos científicos, y todo tipo de curiosidades, cual “cámara de las maravillas”, junto con una importante biblioteca y unos paradisíacos jardines. Como mecenas, contribuyó a la difusión de la cultura promocionando a grandes artistas, entre los que destacan Baltasar Gracián y Jusepe Martínez. Las personalidades más destacadas de la época se reunían en torno a él y conformaban el llamado “Círculo Lastanosino”, que dinamizaba la vida intelectual oscense en el siglo XVII.
Provenía de una familia de infanzones aragonesa originaria de la localidad de la que tomó su apellido (Lastanosa, de Sariñena), conocida desde el siglo XI, cuando, tras la Reconquista, se originaron las familias nobles. Su ascendencia estaba ligada, pues, a la monarquía aragonesa, ya que algunos antepasados sirvieron al rey. En el siglo XVI, en la ciudad de Huesca emparentaron con la familia Cortés y es entonces cuando edificaron la suntuosa casa, que existió hasta finales del siglo XIX. La familia se extinguió en Huesca.
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| Ilustración del libro infantil Con Lastanosa descubrimos... su capilla en la catedral. Cielo Entrena Fernández, 2007 |
Vincencio Juan de Lastanosa era el heredero de la casa familiar y el noble linaje que había adquirido a lo largo de la historia. Era militar, noble, erudito, escritor, coleccionista y gran mecenas de las artes y las letras. Fue Señor de Figueruelas y gentilhombre de la casa del rey. Participó en la guerra de Secesión catalana en 1642 combatiendo al mando de las tropas en el sitio de Monzón para defender con éxito el paso del Cinca; fue Regidor del Hospital durante la peste, diputado del Reino de Aragón y prior de jurados.
Aunque carecía de estudios universitarios, poseía una extensa cultura fruto de su enorme curiosidad por todas las ramas del saber. Era experto en monedas, de hecho poseía una colección riquísima de numismática y llegó a publicar algún libro sobre este tema; su otra gran pasión era la literatura.
Fue generoso protector de artistas e intelectuales y animador de empresas culturales de su tiempo. Su mayor interés se dirigía hacia la ciudad de Huesca, por la que se empeñó en ser su primer ciudadano y benefactor, ejemplo de ello es la ayuda que prestó durante una epidemia de peste o la organización de las fiestas públicas cuando nacía un príncipe. Debió ser un hombre discreto, culto, abierto, polifacético, generoso y buen amigo.
Se casó con una dama sevillana, Catalina Gastón y Guzmán, que murió a los treinta y dos años, tras diecinueve de matrimonio, después de su último parto, en1644. Tuvieron catorce hijos, de los que sólo siete llegaron a la edad adulta. Por varias descripciones que existen sobre ella, incluso del propio Lastanosa, podemos saber que Catalina era una mujer fuerte, buena, prudente, de una belleza extraordinaria; una esposa enamorada, fiel y resignada, que dio gran felicidad a Vincencio Juan de Lastanosa.
El hermano de Vincencio Juan, Juan Orencio de Lastanosa fue canónigo de la Catedral de Huesca, doctor en derecho canónico y civil; maestrescuela de la Universidad de Huesca y diputado del reino. Debía ser un hombre constante en el trabajo, prudente y moderado.
La única obra de las que promovió Lastanosa que aún se conserva es la capilla de los santos Orencio y Paciencia de la catedral de Huesca. Seguro que volveremos a ella en otro #martesxhuescatediviertes, así que hoy, bajaremos directamente a la cripta-panteón de la Inmaculada.
A ella se desciende desde el exterior, por una pequeña puerta en la fachada de la Catedral, a la derecha de la portada, antiguamente dentro de la sacristía. Es una estancia funeraria, el panteón familiar de los Lastanosa, pero dedicada a la advocación de la Inmaculada.
Está presidida por el altar y el retablo, que guarda una gran semejanza con el de la capilla, está compuesto por un lienzo central donde se representa a la Inmaculada, la predela, con imágenes de santos, el ático, con el escudo familiar, y las columnas salomónicas a ambos lados enmarcando el conjunto. Ante él se encuentra un altar también similar al de la capilla, con el frontal decorado con azulejos que conforman el escudo de armas de los Lastanosa.
En los muros laterales, de forma similar a la capilla, se encuentran también las representaciones de los hermanos Lastanosa, pero, en esta ocasión, esculpidos en alabastro dentro de sendas hornacinas. Son muy similares a los lienzos, y es que al parecer las tallas fueron inspiradas en éstos; los hermanos aparecen con las mismas indumentarias y gestos similares. La escultura de Vincencio Juan fue labrada en 1668, cuando contaba con la edad de sesenta y un años.
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| Ilustración del libro infantil Con Lastanosa descubrimos... su capilla en la catedral. Cielo Entrena Fernández, 2007 |
En cuanto a los enterramientos, los de los hermanos Lastanosa son sepulcros exentos de alabastro. En la parte del Evangelio se encuentran en un nicho cavado en la peña los restos de los ascendientes de los Lastanosa, con una lápida de mármol donde se inscribe un texto y se presentan en bajorrelieve unas alegorías de la Nobleza y la Religión en referencia a los hermanos. Sobre ella, las armas familiares pintadas en el muro. En el lado de la Epístola se colocaron los restos de Catalina, en cuya losa se representan los emblemas de su nobleza y las alegorías de la Pureza y la Prudencia, junto con una afectuosa inscripción. Los restos de todos estos familiares fueron trasladados a la cripta en 1651, año en que terminó de construirse. A ambos lados del retablo, otras dos inscripciones que hacen referencia a Juan Orencio de Lastanosa (a la izquierda) y a Vincencio Juan de Lastanosa (a la derecha).
A un nivel inferior al de esta estancia, se encuentra otra pequeña cripta excavada en la roca a la que se accede por una trampilla, donde actualmente descansan los restos del naturalista oscense Félix de Azara; aunque la idea inicial era destinarla para los sucesores y descendientes de la familia Lastanosa.
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